lunes, 25 de agosto de 2003

El artista ciego

Una vez, conocí a un niño. Tallaba preciosos corazones de cristal para chicas solitarias. Sus ojos no miraban hacia delante, estaban colocados de tal manera que sólo podía verse a él mismo por dentro; el mundo que le rodeaba era un reflejo de luz sobre su alma, nunca estuvo seguro de si existía. Un día le pedí que me hiciese un corazón para mí, y talló en cristal espejado el más fuerte y hermoso que pudo imaginar. Amargamente le dije al aceptarlo: ¿Cómo es posible que veas los fantasmas que me acechan entre la niebla, y no seas capaz de ver las lágrimas que corren por mi mejilla?. Nunca volvió a tallar un corazón tan magnífico, ni tan inservible.

by Gabriel